Con el apoyo del programa Una Mano Para Crecer emprendió el negocio de lácteos y hoy destina el 70% de su producción para suplir las tiendas del norte y occidente del país
Tegucigalpa, Honduras. Con una hoja de vida en sus manos y muchos sueños afianzados en su mente y corazón, José Israel Hércules tocó las puertas de Walmart en el año 2001 y se convirtió en uno de los asociados asignados al departamento operativo en tiendas de la zona norte.
Aunque solo tenía estudios de educación media, José Israel destacó por su trabajo impecable en las áreas a las que era asignado, desde dependiente, cajero, encargado de bodega, encargado de recolección de dinero, lo que le llevó a ser ascendido hasta convertirse en gerente de tienda.
Del área operativa fue promovido al departamento comercial como comprador y jefe de departamentos. Tras 12 años de una exitosa carrera profesional en Walmart, Josué Israel decidió retirarse de la empresa para emprender su propio negocio de compra y venta de lácteos.
Con el dinero de sus prestaciones laborales inició a darle forma al sueño de establecer su propia empresa. Inicialmente recorrió algunas comunidades del occidente del país, en busca de productores artesanales de lácteos, luego habilitó un área en su vivienda en San Pedro Sula, donde puso a la venta el producto al por menor.
La calidad del producto le generó mucha clientela en San Pedro Sula y al año estaba abriendo una nueva sala de ventas en la ciudad de La Entrada, Copán, en la que daba empleo permanente a dos personas.
“Todo el aprendizaje que obtuve en Walmart lo puse en práctica y eso me abrió puertas, establecí formalmente mi pequeña empresa, legalicé mis productos con todas las medidas de seguridad e higiene para ofrecer un producto de alta calidad al que denominé como Lácteos del Campo”, recuerda Josué Israel.