HONDURAS. Keyla Patricia Martínez (26) era una joven que estaba a punto de terminar su licenciatura en enfermería y laboraba en el área de labor y parto del Hospital Enrique Aguilar Cerrato de Intibucá.
Falleció en una sucia celda de la posta #10 asignada al municipio de La Esperanza en el departamento de Intibucá. Autoridades sugieren que la fémina se suicidio, inclusive, “su amigo” el doctor Edgar José Velásquez, coincide en esta versión junto a tres testimonios de testigos que aparentemente se encontraban en el mismo “cuartito”; Keyla estaba sola en una celda de al lado.
Comunicado de la Policía Nacional emitido el domingo 7 de febrero del 2021.
Al mismo tiempo, la patóloga Julissa Villanueva posteó en su cuenta de Twitter que, partiendo de los exámenes forenses, la enfermera fue víctima de un homicidio. “La autopsia de #KeylaMartínez documenta la verdad CIENTÍFICA. CAUSA: Asfixia por estrangulación compresión directa y sostenida (mano-MS)”, posteó la exdirectora de Medicina Forense.
La galena, Julissa Villanueva, tuiteó esta información el pasado 11 de febrero del 2021.
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Padre de Keyla Martínez: “Doctor, apéguese a la verdad”
Por otra parte, en una entrevista exclusiva en el noticiero Q’hubo Noticias a las 2, el padre de Keyla Patricia, Luis Sosa, contradijo las declaraciones del doctor Velásquez, las cuales expuso horas más tempranas de este viernes y le solicitó que “no sea cobarde”.
“Para esto no se necesita ser especialista, cualquiera puede darse cuenta que las declaraciones del doctor son ajenas a la verdad“, manifestó.
Además: “Doctor (Edgar Velásquez), no sea cobarde, apéguese a la verdad, no tenga miedo. Me di cuenta que es falsa la información que usted da”, dijo Sosa.
Cabe mencionar que Edgar Velásquez declaró en una entrevista exclusiva en el noticiero, Q’hubo Noticias Matutino, que ya había hablado con la familia de la ahora fallecida y les manifestó su apoyo.
El caso de la enfermera de momento está en el aire. Son las pruebas testimoniales contra las pruebas científicas. En ese sentido, se espera que este caso no quede en la impunidad. “Keyla no se murió, me la mataron”, aseveró Sosa.
