REDACCIÓN. Cada mujer es única, y su forma de alcanzar un orgasmo no iba a ser diferente. Aunque la mayoría llega al clímax a través de la estimulación del clítoris, las hay que lo hacen con la penetración.
Otras, en cambio, llegan gracias al punto G, el área que alude a la parte frontal de la vagina que, cuando se excita, puede mejorar enormemente el orgasmo. Otras, al punto A, o fórnix anterior, una zona erógena entre el cuello uterino y la vejiga. Otras a través de los pezones.
Como vemos, existen infinidad de vías por las que ellas pueden llegar al clímax. A pesar de esta variedad, la terapeuta sexual Cyndi Darnell parece tener la clave definitiva.
Para empezar, la experta asegura a ‘Femail’ que es imprescindible que las mujeres no piensen que hay una sola manera de ‘llegar’. “Es una premisa ridícula. Es como decir que solo hay cinco formas diferentes de beber un vaso de agua”.
Además, asegura, “el orgasmo ocurre primero y principalmente en el cerebro“. Es decir, ya puede estar una mujer masajeándose el clítoris o estimulándose el punto G, que si su mente no está ahí, no llegará al orgasmo. “Si no estás prestando atención al contexto en el que está teniendo lugar el acto, es poco probable que llegues al orgasmo”, apunta Darnell.
Al respecto, una investigación dirigida por el sexólogo Pascal de Sutter, de la Universidad de Louvain en Bélgica y publicado en ‘Sexologies’, afirma que aquellas mujeres que se definían como “orgásmicas” (es decir, que llegan con una alta asiduidad) eran las que solían tener más pensamientos eróticos durante el acto. Por el contrario, las que manifestaban una menor satisfacción eran las que se distraían en la cama.
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La sexóloga es clara: “si una mujer siente presión o está tensa, no alcanzará la ‘satisfacción erótica’, sin importar dónde la estés tocando”. Y añade: “a pesar de que hay muchos ‘puntos’ que promueven el orgasmo, en general este llegará a través de la estimulación del clítoris. Existe una idea errónea de que la penetración puede llevarla allí, ya que para la gran mayoría no es el caso”, detalló.
¿Por qué hay personas que aún no lo saben? “El problema es la educación sexual, que está demasiado enfocada en la reproducción y no tanto en el placer. Y, seamos honestos, la mayoría de la gente no está teniendo relaciones sexuales para reproducirse”, añade Darnell. “Tenemos que entender cómo funciona nuestro cuerpo más allá de simplemente ‘hacer bebés’ y encontrar lo que funciona para cada individuo”, finaliza.
No obstante, y a pesar de que la mayoría de mujeres saben que han de estar concentradas en el acto sexual para llegar al clímax, a veces es imposible centrarse y abstraerse de todo lo que ronda por la cabeza. En la mencionada investigación de ‘Sexologies’ se señaló que, por lo general, aquellas que no son capaces de llegar al orgasmo es porque se están proyectando hacia algo ocurrido en el pasado o algo que les atormenta del futuro. Y en muchos casos, esta imposibilidad de abstraerse de todo y centrarse en el sexo está motivada por la inseguridad ante la propia imagen o el peso.